sábado, 31 de diciembre de 2016

Teníamos tantas cosas que añadir, que solo pusimos punto.

Misteriosas andadas por tu melena cálida, no hago más que descender en la cuerda del temor, que será lo que depara futuro pues a la duda me aferro, y no hay más miedo que el no de saber.
Por qué llegaste a mi vida, porque medio marchaste a la vez que tus ojos decían hola y tus amaneceres se despiden sin volver.
Cógeme de la mano, trazo un camino a la par, que con mis zapatos llevo el hilo de la senda al caminar.
No temamos a encontrarnos una vez más, desde tu pelo hasta tu mano puedo oler el perfume que enloquece mi pesar.