- Cierra los ojos, pide un deseo, ábrelos.
Perdoname, nunca los cerré.
-¿Así como lograrás que tu deseo se conceda lo antes posible?
-Verás.. Siéntate, necesito contartelo con calma.
MINUTOS DESPUÉS.. Comprendió..
Que lo que había deseado, lo estaba viviendo, que mejor sueño que el
que se vive con los ojos abiertos, para poder observarlo mejor.
Mi deseo eres tu.
Y en un silencio sobrecogedor y con deseos de besos helados, su mirada habló.
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