
La inocencia de mi infancia no daba cabida ni concebía el drama, melancolía fría, a mis hijos les contaré que exististe un día, y en mi niñéz en todo momento, me enseñaste tanto, que ángel más guapo eres.
Aún recuerdo cuando me hacías reir y feliz, recuerdo esas noches de verano, en la que nos sentábamos toda la noche en la calle a observar las estrellas, como si a pescarlas fuéramos.. Como si piratas del mar de estrellas surcaramos ese mar.. Lo mejor de todo es que me enseñaste la belleza de ellas.. Tú.
Gracias abuelo. Siempre estarás en mí, porque gran parte de mi vida y la más importante tu me la guiaste.
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