Quién escribirá mi sentencia final..
Como Satanás, con supersticiones y cantos, rituales y trucos mágicos,
y hablé con lucifer y ahora trabajo para el diablo,
y ahora es cuando contemplo mi alma en sus manos, le dejé la custodia
de mis latidos..
Mi vida huyó con sus ojos llenos de fuego abrasador, color café con intentos de
calentarme con su calor.
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