Pierdes la esperanza.. Y no sabes dónde acabó. De pronto un día, vuelve a aparecer, sin causa y por todas las causas existentes, y comenzáis a hablar cada día un poco.. Hasta que llega el día de quedar, y con ánsia e ilusión esperas impaciente a que el reloj marque la hora en que el y tu habéis quedado para volver a veros.
Risueña y alegre.. Estaba yo, y llegó el momento, nerviosa me giro y camino hacia el frente dónde el se encuentra.. Esperándome, mirándome fijamente, y yo.. Aún nerviosa y algo descolocada de ideas..
Enmudezco.. Durante un rato.. A penas suelto palabra.. De lo poco que yo decía, sólo eran ocurrencias absurdas de un presente inquieto y confuso, no me puedo mostrar como verdaderamente soy, esa chica alocada y sin verguenza que no le da miedo nada..
En ese momento en que su mirada prendó la mía de ilusión y nerviosísmo.. No supe que decir.. Sólo frases cortas especialmente talladas por mi corta inteligencia en esos momentos para cagarla..
Llego a casa, feliz.. Pero al segundo me entristezco al ver que.. No he sido yo, ha sido otra personalidad discreta y callada la que se apoderó de mi esta tarde..
Podía a ver sido la mejor tarde de mi vida, y ha sido un tiempo perdido, por impotencia y falta de palabras aquellos momentos.
Ahora el piensa que no soy cómo creía.. De la que un día se enamoró, de sus locuras y sus grandes ocurrencias.. Ahora cree que esa persona nunca existió..
Lo que más jode es que esa persona que el conoció una noche de verano de Agosto sigue aquí guardada dentro de esta fachada que aquella tarde enmudeció y no dijo palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario