Timidéz extrema, pulsaciones disparadas.
corazones dibujados en el cielo, cuentos de hadas cruelmente asesinadas por su príncipe, por mucho que sigan oxigenando el mismo aire, ya sus vidas son "desechos" que el corazón inventa, cuando se les hace daño, ya su magia se les esfuma entre las manos, gastadas por el tiempo, la vida pierde su sentido, ya no creen en el amor, en el poder de creer, en la fé, en la locura por que sí y no por una enfermedad, ahora sus almas duermen eternamente en el baúl de la nostagia, y que cada día oxigena el veneno de sus cabellos rubios desprendidos por la mano intrusa de cada príncipe, de cada caricia que un día fueron partícipes de su carretera, peligrosa carretera que llegó a sus corazones.
Dulce sabor a melancolía ramificada en rosas con espinas, de flores desojadas.
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