Y de nuevo vuelves a destrozarme el alma en millones de pedazos de cristal.
Por segunda vez vuelves a llenarme de ilusiones e imaginarias tardes de Abril.
Eres especialista en enamorarme con tu ironica desbordante, una y otra vez para después dejarme en el abandono más mísero y melancólico, dónde Soledad me tiende sus brazos para acogerme en las tempestades del recuerdo y de sus palabras disecadas por tus besos inventados y llenos de ilusiones mentirosas.
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