martes, 8 de mayo de 2012
Mi paraguas se cansó de deslizar el agua de mis lágrimas y se perdió.
Ya mi sonrisa es finjida, no encuentro una salida, o quizá lo haga y la vea en ese vago existir de luz de la pequeña esperanza pero cierro
los ojos para no ver.
No importa si no me ves contigo siempre estaré, depende de tu felicidad para rozarla con la punta de mis dedos.
No sé si ha significado algo para ti lo que creamos tu y yo, nuestra historia y ese mundo compartido solo para nosotros, pero..
voy a pensar en el tiempo que me queda y consiga la certeza que esta alma reclama en sus sonoros silencios, la necesito
y seria de cobardes no intentar acertar tu misterio.
Soy frágil y tu me hiciste débil de alma, porque has agotado mi paciencia e impotencia se apoderó de la esperanza haciéndola
cenizas de una llama que ya no crea ningún pequeño fuego, ya ni siquiera por las noches oscuras cuando tengo miedo..
Fuerzas me faltaron ayer.. Las que hoy busco entre las cenizas de estas hojas con escritos de aromas ácidos con amor a las tres.
Te he echado de menos todo este tiempo y a tus dulces palabras envueltas en un papel de caramelo con un toque irónico que se aguarda
del rechazo de mi razón
A veces el corazón tiene motivos que la razón desconoce.. Si muere la reina.. Es un golpe duro pero si el "rey!" sigue vivo la partida
continúa.. Es más sólo acaba de empezar otra.
Mis sensaciones se revolucionan al volverte oír después de tanto tiempo, emfermando así unos instantes de amor embotellado.
Quiero volver a ese momento de nerviosísmo y de dulce incertidumbre por volverte a ver ese ánsia dando vueltas en mi cama esperando
el amanecer más bonito de mayo, lluvioso pero con agua cristalina llenas de destellos de sol con aromas indescriptible, supongo que..
Lo que más se asemeja es a.. Mañana húmeda.
Y sí quiero volver a ese momento en que el sol aparecía y reflejaba sus colores frente a mi ventana en los espejos de cada reflejo y en mis
labios taquicárdios sentir el calor de cada rayo, nunca comparable con el que tu me cubriste una vez, pero me vuelvo conformista
por un segundo.
Mi curiosidad y mis ganas de verte me hacían partícipe de de la oscuridad que me alumbra, convirtiendo mi sombra en algo lúcido
y sonoro al caminar, para llamar la atención de esa memoria llena de recuerdos dónde yo cada noche intercambiaba fluídos
y así por una vez sentirme libre del mundo y de mis emociones.
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